Reproducimos el nuevo chispazo de Carmelo en Eco's de Celtiberia: http://www.ecosdeceltiberia.es/?p=1314
Como Narciso, todos buscan ver reflejada su bella imagen –sus argumentos personales- en las aguas del Ebro, pero bajan turbias por la crecida
Narciso, hijo del río Cefiso y de la ninfa acuática Liríope, se hizo vulnerable porque el anhelo lo cegó. Al final se lanzó al agua en busca de su imagen. Durante estos días, otro río, el gran Ebro, irregular en sus comportamientos como el desdeñoso Narciso, nos ha dado muestras de la vulnerabilidad en la que está instalada mucha gente, que quiere vivir próxima a un gran peligro aún a riesgo de que se conjuguen las iras del tiempo; imposible de dominar lo que en algún momento parece un castigo de los dioses. Ante esos hechos, animales, bienes y personas seguirán siendo vulnerables, aunque quienes buscan sus imágenes en el agua turbia levanten castillos alrededor del río para hacerlo su cautivo. Las quejas de los afectados han mezclado sensatez con indignación, coherencia con interpretación interesada de la dinámica fluvial. Los políticos –los de aquí y los de fuera, desde Madrid hasta Murcia- nos han dejado demasiadas muestras de quererse reflejar en el agua para verse bellos y admirados. Tarde o temprano nuestro padre Ebro intentará liberarse de tantas ataduras. Entonces, el producto de la peligrosidad natural multiplicado por el narcisismo humano puede ocasionarnos elevadas cifras de dolor.
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