martes, 24 de febrero de 2015

La destrucción del Ebro y el paletismo medioambiental interesado

Te levantas, echas un ojo a la prensa por internet y es la locura.
Nuestros responsables públicos y sus ecos periodísticos siguen con su erre que erre, con su cruzada contra el Ebro,  que ha tenido la osadía de tener una crecida con varias puntas (muchas crecidas, según ellos), como fue la de 2013 y tantas otras en el pasado.
Se habla de nuevo de la limpieza integral, que La Rioja y Navarra ya están de acuerdo, que hay fondos en el ministerio...
Nadie dice que esa limpieza integral será el mayor atentado medioambiental de la cuenca del Ebro. Una medida descabellada con la que pasaremos de nuevo a la historia de la mala gestión del territorio y de los riesgos, como ya lo hicimos con la catástrofe del camping de Biescas. La limpieza o dragado integral será la destrucción del Ebro porque las gravas son el río, son nuestro patrimonio natural.
Pero claro, hay mucho paletismo medioambiental interesado, que llega a decir que los "áridos" (cuidado con los que utilizan este término) son residuos del río, que no valen nada y que incluso será barato quitarlos y aprovecharlos (declaraciones ayer en una tertulia radiofónica). Y en la misma línea hoy de nuevo se protesta porque garajes del Arrabal y Vadorrey están sufriendo inundaciones. Ya lo advertimos claramente cuando se construyó el azud de Zaragoza. Pero no, no piden que se destruya ese azud inútil, piden que se limpie el río. Pobre río.

viernes, 13 de febrero de 2015

GUÍA METODOLÓGICA SOBRE BUENAS PRÁCTICAS EN GESTIÓN DE INUNDACIONES

Desde hace unos días puede descargarse en la web del Contrato del río Matarraña (http://contratoderiomatarranya.org/documentos/Guia_BB_Gestion_inundaciones.pdf) esta guía en la que he trabajado en los últimos meses. Espero que os resulte útil. Quiero agradecer a la Fundación Ecología y Desarrollo (ECODES) que me haya propuesto realizar este trabajo.
Crecidas e inundaciones son procesos naturales necesarios en el planeta, que rigen y renuevan el funcionamiento de todos los cursos fluviales. La deficiente cultura ambiental de nuestro tiempo nos ha llevado a demonizar estos procesos, que eran respetados por nuestros antepasados, conscientes de los muchos beneficios que aportaban, pero que actualmente consideramos molestos para nuestras actividades. Ahora los vemos como un peligro y exigimos seguridad frente a ellos, cueste lo que cueste. Por ello, a lo largo de las últimas décadas se han implantado y desarrollado unos sistemas de defensa de lucha frontal contra el río que, en general, y además de dañar muy gravemente los ecosistemas fluviales, han resultado caros, poco efectivos y muchas veces contraproducentes. Se impone un cambio en la visión, en la gestión y en las soluciones, un cambio demandado desde hace más de dos décadas desde ámbitos científicos y respaldado por directivas europeas, pero un cambio que está costando mucho implantar por las enormes inercias e intereses que siguen anclados en los viejos y obsoletos planteamientos.
El gestor del territorio, trabaje a nivel local, regional, estatal o internacional, debe conocer bien cómo funcionan los ríos, las crecidas y las inundaciones y qué respuestas podemos esperar de ellos ante cualquier actuación o actividad que nos planteemos en el espacio fluvial. Debe también ser capaz de gestionar adecuadamente las posibles situaciones de emergencia y, lo que es más importante, debe aprender de cada nueva crecida de cara al futuro, sin caer en las fáciles pero negativas medidas post–crecida al uso, consistentes en recomponer todo como estaba. Al contrario, debe pensar muy bien en soluciones de ordenación a medio y largo plazo.
El gestor del territorio, por tanto, tiene que ponerse unas gafas nuevas para observar y comprender mejor las crecidas e inundaciones, necesita una nueva visión más clara, que ponga el foco en los beneficios y en las oportunidades y que cargue la memoria de la experiencia para no cometer errores en el futuro y así ir reduciendo el riesgo natural.
La presente guía metodológica, centrada en la gestión de inundaciones de origen fluvial, no pretende explicar técnicas complejas, sino que constituye una sencilla aportación cuyo objetivo es ayudar a cambiar esa visión del río y de sus procesos extremos y, en consecuencia, ayudar también a mitigar el riesgo de inundación con buenas prácticas que, al no perjudicar al río, harán sostenibles en el tiempo los beneficios que el propio río con sus crecidas nos tiene que seguir aportando.
Esta guía metodológica forma parte de un proyecto del Programa de Cooperación Territorial del Espacio Sudoeste Europeo (SUDOE), entre cuyos ejes prioritarios se encuentra la mejora de la sostenibilidad para la protección y conservación del medio ambiente y el entorno natural, así como el refuerzo de la capacidad institucional. 

miércoles, 11 de febrero de 2015

El Carnaval de la "limpieza integral" ¿Para reír o para llorar?

Se han ido acumulando en los últimos días las declaraciones in crescendo de nuestros representantes públicos. Ahora ya dicen sin rubor que van a intentar ejecutar la limpieza integral del cauce, incluso que se va a liderar a nivel ministerial y con el beneplácito de los organismos ambientales.

No sé si reír o llorar; como científico lo primero, como ciudadano lo segundo.

La limpieza integral es una idea descabellada, por decir algo suave y no extenderme. Otra vez seremos el ejemplo negativo, el hazmerreír de toda la Europa científica y técnica. Y una honda preocupación para todas las personas sensibles por nuestro entorno y concienciadas ambientalmente, como los amigos y amigas que seguís este blog.  Además, como ciudadano, ¿se va a pagar esta locura con mis impuestos? Una locura carísima que no solucionará el problema ni beneficiará a nadie, por mucho que digan.

Qué pena aquel esfuerzo de hace una década, el Plan Ambiental del Ebro. Doce años ya desde la crecida de 2003, 7 crecidas más desde entonces, y no han aprendido nada (o no han querido aprender, que se acerca cierta fecha importante).


Magnífico comentario de mi amigo Carmelo Marcén en su web: http://www.ecosdeceltiberia.es/?p=993



miércoles, 4 de febrero de 2015

Crecida del Ebro (por fin) y lo de siempre

Estos días estamos de enhorabuena con una crecida del Ebro que renueva el río, mueve los sedimentos, limpia y mantiene a raya a las especies invasoras. Menos mal, porque en 2014 no hubo. Esto significa que 2015 va a ser un buen año para el río y las riberas y para nuestra salud ambiental.

Y no podían faltar las mismas declaraciones de todas las crecidas: que esto no puede seguir así, que hay que solucionar el "problema", que hay que "limpiar" el cauce, que los ecologistas no dejan, que hay "trabas" medioambientales, que el río está sucio, que cada vez se inunda más terreno...

Como otros años he tenido a los medios de comunicación intentando hacerme participar en entrevistas y debates. No puedo, me aburre repetir lo mismo cada año, en cada crecida. Sé que tendría que seguir intentando hacer pedagogía, pero me hastía que no sirva de nada, es hablar a una pared. Da lo mismo que sean agricultores, políticos o periodistas, todos dan por hecho que el río, y sobre todo sus gravas y su vegetación, tienen la culpa de esta situación.

Para qué hablar, solo en este blog hay varios textos sobre este tema, por ejemplo el más visitado: ¿por qué no hay que limpiar...? Me remito a él. Y pronto estará en internet una guía de buenas prácticas en gestión de inundaciones que he preparado para el Contrato del río Matarraña, con 44 alternativas a "limpiar" y elevar las motas.

Termino con cuatro ideas, y hasta la próxima crecida.
-¿Limpiar? La crecida es la que limpia.
-¿Dragar? Es caro, inútil y contraproducente, además de ilegal
-Se dragó en 2010 (Gallur, Cabañas) y en 2013 (Castejón, Novillas, Pradilla, Boquiñeni, Pina). ¿De qué ha servido?
-El río seguirá sedimentando donde tenga que hacerlo y donde le dejemos. Estamos en una llanura con muy poca pendiente, puede que haya tramos y fases de tiempo en los que el cauce se eleve, es normal y no se puede evitar.
-Siempre hubo inundaciones y siempre las habrá. No debería ser un problema y aunque lo sea no tiene solución. El río siempre va a estar ahí (espero) y siempre va a tener crecidas (espero), el riesgo solo se reducirá reduciendo la exposición y la vulnerabilidad.
-La única solución está en la ordenación del territorio. ¿Por qué no se cambian usos del suelo, por qué no se protege con seguros, por qué no se devuelve espacio al río,  por qué no se compensa económicamente a los ribereños, por qué no nos adaptamos de una vez al río y sus crecidas?
-Hay que dejar de diferenciar entre crecida ordinaria y extraordinaria, técnicamente es una tontería, y no debería depender solo del caudal superficial (cada vez me fío más de cómo se miden los caudales y menos de cómo se midieron en el pasado, pero es que el freático no se mide, ni la carga sólida, ni muchos otros factores). El problema es que declarar ordinario o extraordinario computa económicamente. Si los daños son importantes, se alcance el caudal punta que se alcance, las ayudas deberían ser importantes. Y a ver si la administración se da cuenta pronto de que mantener este sistema sale muy caro y es capaz de hacer ordenación del territorio para reducir este gasto y este riesgo.

Afortunadamente también hay algún gran periodista que pone el dedo en la llaga, como José Luis Trasobares en este excelente artículo "¿Qué culpa tiene el Ebro de ser río?": http://www.elperiodicodearagon.com/noticias/opinion/independiente_1002805.html