sábado, 9 de mayo de 2015

PRESENTE Y FUTURO DE LA RIBERA DEL EBRO

Este es el título del debate que organizó el 5 de mayo la Asociación de Afectados por las Riadas de la Cuenca del Ebro (ASAFRE).
A continuación el texto de mi intervención:

1. Algunas ideas generales y percepciones

-El río no es el culpable. La llanura de inundación es el río. Las gravas y la vegetación son el río. Las aguas subterráneas que hay debajo también son el río. Si estamos en la llanura de inundación de vez en cuando nos vamos a inundar. Siempre habrá crecidas e inundaciones, no se pueden evitar.

-Las crecidas aportan múltiples beneficios: fertilización (también del mar), limpieza, depuración, recarga del acuífero, distribución de sedimentos, freno de la vegetacin, ﷽﷽﷽﷽﷽﷽﷽e invasoras.mp urbanizaciones.i) y con el doble de pendiente. Por eso cabe mejor, pero se ha construido en exceso y taón, freno de invasoras, etc. Un río sin crecidas se muere. No se deben evitar, tendríamos graves problemas. Y el Ebro medio y sus crecidas son un patrimonio natural de gran valor.

-Las crecidas de enero a marzo de 2015 no han tenido un comportamiento extraño. Ha habido antecedentes similares. Han generado inundaciones esperables de acuerdo con el caudal y la elevación del freático, que explica la no laminación a pesar del desbordamiento. Podemos situar el periodo de retorno entre los 7 y los 10 años.

-Cada crecida del Ebro es diferente y se comporta diferente en cada km de río. Hay muchísimas variables implicadas. Para las consecuencias no nos podemos guiar solo por las puntas de caudal.

-La crecida ha sido muy mediática. Se ha pedido continuamente la “limpieza” o dragado como en todos los ríos y todas las crecidas. Ha habido sensacionalismo y también mucha opinión científica. Y conflictos entre administraciones.

-En esta crecida las defensas han funcionado mal, como siempre.

-El río ha evolucionado y es algo más peligroso por nuestra culpa. Es más estrecho, constreñido por las defensas. Donde rompa la defensa hará más daño. Hay más vegetación dentro del cauce por culpa de los embalses. Ahora hay menos crecidas pero son más lentas y duran más días, por la gestión de embalses y por las motas.

-En Zaragoza el río es diferente, más estrecho (2,9 km frente a 4 km de media) y con el doble de pendiente. Por eso cabe mejor, pero se ha construido en exceso dentro del río y también hay y habrá problemas.

-Cada vez hay más personas y bienes expuestos dentro del río (en la llanura de inundación) y usos menos compatibles con la inundación como granjas, urbanizaciones o residencias de ancianos. Por tanto, tenemos un problema de riesgo.

2. Propuestas

-Vivimos en un territorio de riesgo. Por tanto, necesitamos:
1) una ordenación territorial y urbanística especial  (ahora no existe)
2) compensaciones económicas y fiscales por vivir en este territorio
Asumir, por ejemplo, que los cultivos deben inundarse para que no se inunden pueblos.

-Educación ambiental y cultura del riesgo. Aceptar el riesgo, adaptarnos al río, convivir con crecidas e inundaciones, sin falsa seguridad. No hay una adecuada percepción ni una cultura del riesgo, ni en las administraciones ni en la ciudadanía ni en los medios de comunicación. Educar sobre la complejidad del r  concreta ire las as falsas soluciones. sntrolar totalmente.s crecidas y las falsas medidas.l llenado del freido en exceso y taío y los beneficios de las crecidas y alertar sobre las falsas soluciones. Conscientes del riesgo sin echar la culpa al río o a los demás. Asumir que el río es un sistema complejo que no podemos controlar del todo.

-Campañas y programas de capacitación social, informativos, educativos y de participación para trabajar en las soluciones: población local, científicos y técnicos.

-Educar y formar en los principios de gestión del riesgo: integración, adaptación, mitigación, prudencia o precaución, durabilidad, resiliencia y responsabilidad compartida.

-Mayor seguimiento del río: más aforos, más piezómetros, más LIDAR y batimetrías, aplicación de modelos, protocolos de campo, seguimiento científico, etc. La hidrología de crecidas es muy inexacta, hay que actuar con prudencia sobre la incertidumbre.

-Cambiar el sistema de defensa. No poner más parches. No hacer obras de emergencia nefastas y contraproducentes.

-No dragar. Por motivos de eficiencia, económicos y ambientales. No dañar el río, será contraproducente. Es una medida inviable para un río como el Ebro. Gusta porque es rápido y visible, pero no soluciona las causas ni se piensa en las consecuencias.

-Adecuar todas las infraestructuras a la inundación. Ejemplo: terraplenes de puentes.

-Mantener y reforzar la protección de los núcleos de población y expandir el espacio inundable aguas arriba y enfrente. Las defensas en lo que hay que defender, no en el río.

-Dar más espacio al río (Territorio Fluvial / Dominio Público Hidráulico Probable / Zona de Flujo Preferente) echando las motas atrás o eliminándolas, fomentando permutas de terreno, cambios en usos del suelo, por ejemplo el cultivo de chopos para los espacios inundables no defendidos, o introducir ganado en los sotos para controlar el sotobosque.

-Prevención con seguros, fomentando éstos y ayudando a financiarlos.

-Incentivar y premiar buenas prácticas de prevención y adaptación.

-Revisar la gestión de los embalses, tratando de recuperar crecidas naturales, sobre todo más frecuentes y más rápidas.

1 comentario:

  1. Muy cerca de la Alfranca, en la huerta de Movera hay un panel explicativo informando de que esas tierras se roturaron por primera vez en los años 80 del siglo pasado, como quien dice hace cuatro días. Expansión dice que ocupó terrenos inundables, ricos y muy fértiles para cultivar. El texto señala que eso conlleva un riesgo, y es que el río inunde los campos en períodos de grandes avenidas. También señala que el camino donde estás discurre sobre una mota que se levantó como muro de defensa. Esas fincas quedaron bajo las aguas muchos días durante la crecida de este invierno y espero que las gentes de movera, los agricultores, hayan sabido comprender que eso puede ocurrir cada equis años, estoy seguro de que ahora en pleno mes de mayo estarán lucirán el verde de una buena y próxima cosecha que de seguro será mejor que el año anterior. Otra cosa son los daños en acequias que la administración, aseguradoras y los propios afectados deberían resolver a partes iguales. Un saludo y mi reconocimiento a los que con valentía ante políticos y alarmistas interesados, defendéis la ciencia y la naturaleza, demostrando que son una misma cosa.

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