Ya tenemos aquí un año más los barquitos turísticos en el Ebro.
Un año más hay que reabrir el "canal de navegación" alterando el cauce natural. Ya lo están haciendo. No le dicen dragado, sino "recolocación de sedimentos". Bueno, por lo menos parece que no se los llevan.
Esperemos que la nueva corporación municipal destierre para siempre esta ridícula actividad y se deje de hacer daño anualmente a nuestro río, un río que demuestra año tras año su dinámica, su capacidad para movilizar sedimentos, un río que sigue ajustándose geomorfológicamente al impacto que supone el azud y que va trabajando en cada crecida en su tarea eterna de ir transportando hacia el mar.
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