Crecidas e inundaciones son procesos naturales necesarios en el planeta, que rigen y renuevan el
funcionamiento de todos los cursos fluviales. La deficiente cultura ambiental de nuestro tiempo
nos ha llevado a demonizar estos procesos, que eran respetados por nuestros antepasados,
conscientes de los muchos beneficios que aportaban, pero que actualmente consideramos
molestos para nuestras actividades. Ahora los vemos como un peligro y exigimos seguridad frente
a ellos, cueste lo que cueste. Por ello, a lo largo de las últimas décadas se han implantado y desarrollado unos sistemas de defensa de lucha frontal contra el río que, en general,
y además de dañar muy gravemente los ecosistemas fluviales, han resultado caros, poco efectivos y
muchas veces contraproducentes. Se impone un cambio en la visión, en la gestión y en las
soluciones, un cambio demandado desde hace más de dos décadas desde ámbitos científicos y
respaldado por directivas europeas, pero un cambio que está costando mucho implantar por las
enormes inercias e intereses que siguen anclados en los viejos y obsoletos planteamientos.
El gestor del territorio, trabaje a nivel local, regional, estatal o internacional, debe conocer bien cómo funcionan los ríos, las crecidas y las inundaciones y qué respuestas podemos esperar de ellos ante cualquier actuación o actividad que nos planteemos en el espacio fluvial. Debe también ser capaz de gestionar adecuadamente las posibles situaciones de emergencia y, lo que es más importante, debe aprender de cada nueva crecida de cara al futuro, sin caer en las fáciles pero negativas medidas post–crecida al uso, consistentes en recomponer todo como estaba. Al contrario, debe pensar muy bien en soluciones de ordenación a medio y largo plazo.
El gestor del territorio, por tanto, tiene que ponerse unas gafas nuevas para observar y comprender mejor las crecidas e inundaciones, necesita una nueva visión más clara, que ponga el foco en los beneficios y en las oportunidades y que cargue la memoria de la experiencia para no cometer errores en el futuro y así ir reduciendo el riesgo natural.
La presente guía metodológica, centrada en la gestión de inundaciones de origen fluvial, no pretende explicar técnicas complejas, sino que constituye una sencilla aportación cuyo objetivo es ayudar a cambiar esa visión del río y de sus procesos extremos y, en consecuencia, ayudar también a mitigar el riesgo de inundación con buenas prácticas que, al no perjudicar al río, harán sostenibles en el tiempo los beneficios que el propio río con sus crecidas nos tiene que seguir aportando.
Esta guía metodológica forma parte de un proyecto del Programa de Cooperación Territorial del Espacio Sudoeste Europeo (SUDOE), entre cuyos ejes prioritarios se encuentra la mejora de la sostenibilidad para la protección y conservación del medio ambiente y el entorno natural, así como el refuerzo de la capacidad institucional.
El gestor del territorio, trabaje a nivel local, regional, estatal o internacional, debe conocer bien cómo funcionan los ríos, las crecidas y las inundaciones y qué respuestas podemos esperar de ellos ante cualquier actuación o actividad que nos planteemos en el espacio fluvial. Debe también ser capaz de gestionar adecuadamente las posibles situaciones de emergencia y, lo que es más importante, debe aprender de cada nueva crecida de cara al futuro, sin caer en las fáciles pero negativas medidas post–crecida al uso, consistentes en recomponer todo como estaba. Al contrario, debe pensar muy bien en soluciones de ordenación a medio y largo plazo.
El gestor del territorio, por tanto, tiene que ponerse unas gafas nuevas para observar y comprender mejor las crecidas e inundaciones, necesita una nueva visión más clara, que ponga el foco en los beneficios y en las oportunidades y que cargue la memoria de la experiencia para no cometer errores en el futuro y así ir reduciendo el riesgo natural.
La presente guía metodológica, centrada en la gestión de inundaciones de origen fluvial, no pretende explicar técnicas complejas, sino que constituye una sencilla aportación cuyo objetivo es ayudar a cambiar esa visión del río y de sus procesos extremos y, en consecuencia, ayudar también a mitigar el riesgo de inundación con buenas prácticas que, al no perjudicar al río, harán sostenibles en el tiempo los beneficios que el propio río con sus crecidas nos tiene que seguir aportando.
Esta guía metodológica forma parte de un proyecto del Programa de Cooperación Territorial del Espacio Sudoeste Europeo (SUDOE), entre cuyos ejes prioritarios se encuentra la mejora de la sostenibilidad para la protección y conservación del medio ambiente y el entorno natural, así como el refuerzo de la capacidad institucional.
Gracias por el pdf.
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