En las últimas semanas se está realizando
una actuación en el cauce del río Isuela en Huesca, aguas arriba de la
canalización urbana. Es una actuación convencional, en la línea de otras que se
realizan en todos los ríos, pero es interesante el debate que ha suscitado, con
el fondo del difícil equilibrio entre las actuaciones en sí y el intento de que
estas, con pocos medios, sean lo menos impactantes posible.
En mi opinión hay luces y sombras, pero
me parece muy útil como ejemplo y espero que sirva de base o punto de apoyo
para mejorar el río Isuela en Huesca en el futuro, un río bastante despreciado
hasta ahora.
Al parecer el proyecto viene de tiempo atrás
y hay una demanda vecinal para acondicionar el tramo como paseo de ribera. La
actuación está siendo rápida por exigencia del INAGA y está siendo ejecutada
por el organismo de cuenca con el apoyo de las brigadas municipales.
Me parece bien que se quiera realizar un
espacio de paseo junto al río en ese tramo y espero que se concluya con un
tratamiento blando, adaptado al propio río y a la inundación. Lamentablemente se heredan unas actuaciones anteriores en las que se fijó un sendero con base de hormigón que ahora no ha sido posible eliminar.
En mi visita he comprobado la eliminación
de seis chopos autóctonos, alguno de grandes dimensiones, lo cual creo que se podría
haber evitado. Me comentan que tenían ramas y parte de su estructura con riesgo
de caída. Hay evidencia de la caída de uno de ellos en el techo de una chabola. Pero la justificación de la eliminación de estos árboles vivos, así
como de la madera muerta que se ha retirado, es por riesgo en situaciones de crecida,
y en eso no estoy de acuerdo. Creo que no existe tal riesgo: si llegan troncos
al azud que hay aguas abajo quedarán retenidos en éste y si se desea se pueden
extraer de ahí. El puente de San Miguel y la pasarela que hay justo aguas abajo
tienen suficientes dimensiones para que no queden troncos atrapados. En
absoluto hay riesgo de taponamiento, y los troncos terminarían sedimentándose
en el tramo canalizado, de donde serían fácilmente extraíbles. Por tanto, creo
que no habría que haber eliminado árboles. Veo mayor peligro de caída en los de
la margen derecha, orilla más claramente erosiva en la que los árboles se
sujetan con creciente inestabilidad.
Otro aspecto que no me ha convencido es
que se mantiene a la vista una escollera, construida hace años, que es innecesaria
en buena parte del tramo. Podría haberse aprovechado ahora para quitarla en los
sectores de orilla donde no es necesaria porque no incide el flujo. Y debería
enterrarse u ocultarse en los lugares donde sí es precisa, para que no forme
parte visual del paisaje fluvial.
Afortunadamente las máquinas no se han
metido en el lecho menor y no han causado males geomorfológicos mayores. Es muy
de agradecer el cuidado y vigilancia que se ha tenido en ello desde el
Ayuntamiento.
En próximas ocasiones hay que dejar los troncos cortados y la madera muerta en la ribera, tratando de que se integren en esta, o bien llevarlos y depositarlos en un espacio de ribera más denso. No olvidemos la importancia y el enorme valor ecológico,
geomorfológico y ambiental de la madera muerta, sus funciones de hábitat, de
recurso para la formación de suelo, de fijación de carbono, etc. Hay centenares
de proyectos de investigación y algunas decenas de proyectos de restauración
fluvial en ejecución en todo el mundo en los que se está fomentando que la
madera muerta se quede en los ríos e incluso se está devolviendo madera muerta
en tramos deficitarios.
En general se ha desbrozado en exceso, como suele ocurrir, y en especial en el tramo aguas arriba hasta la fuente de Marcelo, ejecutado por una escuela taller. Zarzas y muchas especies colonizadoras son propias de las riberas fluviales, no son "maleza", y habría que respetarlas, por sí mismas y por su papel estabilizador en el sistema fluvial. Sí me parece positivo que se hayan eliminado
cañas y plantado especies de ribera, que esperemos que prosperen. Las
actuaciones no están terminadas. Ahora queda terminar de habilitar el sendero, que espero que sea un espacio de ribera poco domesticado, que no sea una
“parqueización” convencional, sino que se respete el río y en la medida de lo
posible la ribera.
No me gusta la publicidad que se ha dado
a las actuaciones en los medios, incidiendo con el típico mantra de la
“limpieza”. Precisamente porque en el Isuela se está actuando con bastante
cuidado, hablar de limpieza desmerece la actuación, y más si se justifica por
posibles desbordamientos. Ya he escrito en este blog abundantemente sobre la
inutilidad y el daño de las “limpiezas”, así que no me extiendo más.
Quedan sin resolver tres aspectos
preocupantes. En primer lugar, unos reductos de huerta que allí quedan,
rodeados de chapas y elementos que destruyen el paisaje fluvial y claramente
alegales en aplicación del DPH.
En segundo lugar, aguas arriba del tramo,
pervive un vado de pequeños ojos, muy nocivo para el Isuela, ya que no permite
el paso adecuado de todo lo que es el río (el agua, los sedimentos, la madera
muerta, los seres vivos). En mi opinión debería ser eliminado y, vista la
fotografía aérea de la zona, no habría mayor problema, ya que con pequeños
rodeos hay accesibilidad alternativa a cualquier lugar. Si no se elimina habría
que transformarlo en puente para dar paso adecuado al río. Pero no puede
dejarse así el vado actual. Al parecer van a sustituirlo por un paso sobre unos marcos más grandes. Insisto en que lo correcto es su eliminación.
Tramo de actuación. Obsérvense las huertas y en el extremo superior izquierdo el vado.
En tercer lugar, aguas abajo del tramo del que hemos hablado hasta aquí, desde el puente de San Miguel, tenemos la lamentable canalización urbana del Isuela. Pocas capitales conozco que hayan tratado tan mal a su río. Por modesto que sea el Isuela no se merece esta conversión en canal, aunque esto es un mal endémico en nuestra tierra: no olvidemos casos igual de vergonzantes como el del Vero en Barbastro, el del Tarazona en el Queiles o el del Sosa en Monzón, por citar solo algunos ejemplos. Huesca es una ciudad muy bonita y en general bien urbanizada, pero con un gran defecto en su paisaje urbano: no puede seguir teniendo un canal en vez de un río. Ya sé que si hacemos una encuesta una mayoría de oscenses prefieren el canal. Es una pena pero es así, y lo mismo opinarían los ciudadanos en cualquier lugar de nuestro país. Sabemos que es una cuestión de educación social y que no hay todavía interés por cambiar de mentalidad en esta línea. Se prefiere contar con ciudadanos sin cultura ambiental que utilicen ríos canalizados y domesticados antes que ciudadanos concienciados que disfruten de ríos naturales tal como son. Espero que llegue un día en el que alcancemos una cultura ambiental y fluvial suficiente y consolidada socialmente. Un día en el que los ciudadanos comprendan por fin que las canalizaciones obsoletas e injustificadas que han destrozado nuestros paisajes fluviales urbanos deberían ser demolidas para recuperar nuestros ríos, y además sin incrementar el riesgo, porque hay alternativas. Ojalá los ciudadanos de Huesca, dentro de 20 ó 30 años (sé que antes será muy difícil), demanden la descanalización del Isuela y la recuperación de un patrimonio fluvial tan despreciado.

Tramo canalizado del Isuela
En alguna otra ocasión hablaremos también de los problemas en Huesca con esos pobres barrancos que "caprichosamente" atraviesan entubados y menospreciados los polígonos industriales y otras áreas perturbadas. Esos barrancos que a veces generan inundaciones y deben ser "limpiados", y todo porque se hizo mal el planeamiento urbano y se instalaron polígonos y calles donde había unos barrancos. Cuántas malas herencias nos vienen de malas decisiones irrespetuosas con el medio.