martes, 2 de junio de 2015

Mularroya, los barquitos... absurdo, ridículo, insostenible

Vivimos rodeados de situaciones patéticas. El impacto de ambiental de Mularroya se ha declarado favorable. Un embalse que no sirve para nada, un despilfarro más de hormigón para los bolsillos de los de siempre. Y el río Grío destrozado. Mientras, se destroza también el cauce del Ebro en Zaragoza para que pasen de nuevo los barquitos. Seguimos haciendo el ridículo. Yo lo cuento, aquí, en cursos, en conferencias, en tierras próximas y lejanas, ante el estupor y la risa de los asistentes. Somos el colmo de la insostenibilidad, el mal ejemplo de los libros, el país de la chapuza, de la corrupción, del pelotazo, del hacer por hacer, del tropiezo permanente contra las mismas piedras, el país de una profundísima, interesada y fomentada desde arriba incultura ambiental.

4 comentarios:

  1. Pero no sólo incultura ambiental! Me gustaría conocer las cuentas de estos proyectos. Cuántos gastos de construcción y mantenimiento a largo plazo suponen estas obras frente a los beneficios.
    Y por otro lado también me pregunto beneficios para quien ¿usuarios, población local, ayuntamientos, agricultores..?
    Desde mi punto de vista, y a pesar de los conocimientos y experiencias que ya se tienen, no se está poniendo en la "balanza" de la gestión todos los componentes ambientales, sociales, y económicos que están relacionados con el río...y creo que en el futuro nos pasará factura (de nuevo, como por ejemplo el pasado mes de marzo)
    ¡Gracias por tu trabajo en defensa de los ríos Alfredo!

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    1. Gracias Judit
      Esta vez no pudiste acercarte al congreso de restauración fluvial.Se habló mucho en la línea de tu comentario.

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