jueves, 17 de abril de 2014

PREOCUPACIÓN POR EL PIRINEO CENTRAL

El Pirineo central es un patrimonio natural de valor inmenso, incalculable, con los últimos glaciares, formas de relieve espectaculares y espléndidos ecosistemas de gran diversidad.
Pero el Pirineo central está sometido a fuertes presiones que ansían sobreexplotar sus recursos, sobre todo de agua y de espacio. Primero fueron los embalses, los aprovechamientos hidroeléctricos, las innumerables presas para retener sedimentos, todo lo cual destruyó centenares de kilómetros de cauces fluviales. La mayoría de los ríos pirenaicos sufren esas agresiones como enfermos crónicos sin solución.
Luego llegó el “holding” de la nieve consumiendo también agua y terreno. Este negocio, que dará sus últimos coletazos en próximas décadas si se confirma el cambio climático, ya ha generado destrozos tan obscenos como el de Espelunziecha, y está a la espera de poder hincar el diente en proyectos temibles para nuestras montañas, como la ampliación de Cerler por Castanesa. La última “gran idea” es la unión de las estaciones de esquí de los altos valles del Aragón y del Gállego, unión planteada a través de espacios protegidos de gran valor, fomentada y publicitada a bombo y platillo por el gobierno autonómico y aplaudida por los medios de comunicación aragoneses y por el clima general que se congratula de todo lo que sea crear riqueza y empleo a costa de lo que sea.
A los que amamos estas montañas este proyecto nos genera una muy honda preocupación. Como a mi colega el gran geógrafo Eduardo Martínez de Pisón, que hace unos días nos envió el breve artículo de opinión firmado por D. José María Sanchis Bielsa, que adjunto a esta entrada, un artículo que nos alerta sobre un peligro nuevo a añadir a nuestro Pirineo, el de la moda interesada de las carreras de montaña.
Demasiadas preocupaciones para un universo pirenaico tan frágil y para los que queremos conservarlo para las generaciones futuras.
 

2 comentarios:

  1. Compartimos preocupaciones. Casi todas estas amenazas tienen su origen en un doble error de la mentalidad de los responsables de la gestión pirenaica. El primero es no ver la fragilidad de la que hablas y entender el Pirineo como un espacio natural salvaje al que hay que dominar, como si habláramos de la inmensidad de Alaska. El segundo es creer que el "equilibrio socioeconómico" al que aluden todos los planes urbanísticos (incluso los planes de los Espacios Naturales) es buscar la proporción más ventajosa entre la explotación del medio y el beneficio económico. El precio SIEMPRE es medioambiental. Sólo así se argumenta que sea necesario sacrificar el medio para conseguir riqueza y pocas veces se plantea que la riqueza es el propio medio natural.
    En fin, no quisiera vivir agónicamente los Pirineos así que disculpa el pesimismo del comentario. Entradas como la que acabas de hacer nos ayudan a mantenernos atentos y con la alegría del que se sabe bien acompañado. Gracias Alfredo.

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    1. Muchas gracias a ti, Jaime, por tu acertado comentario que enriquece una vez más este blog.
      Nos vemos en las jornadas del CIREF.

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