No estoy acostumbrado a estas cosas y me siento muy orgulloso porque el premio lo hace grande el colectivo que lo otorga, un grupo de personas volcadas con su tierra, con la defensa del medio en el que viven, con la conservación de su patrimonio natural, peleando contra tantos impactos y tantas irresponsabilidades. Un grupo de personas con los que compartí una tarde y noche inolvidables en Tudela el pasado día 4 de mayo. Preciosa la talla emblemática del Castil de Tierra bardenero, realizada en madera de olivo por el artista Marino.
Un premio que no es realmente para mí, sino para un equipo: para mi familia, para los jóvenes geógrafos que han estado conmigo en tantos trabajos y para todos los que compartimos la labor del Centro Ibérico de Restauración Fluvial.
Muchas gracias, amigos de la Ribera navarra del Ebro, me habéis llenado de ánimo para seguir luchando en defensa de nuestros ríos.
Muchas gracias también a mis compañeros del CIREF por la reseña del premio que han incluido en la web: http://www.cirefluvial.com/noticias_ver.php?id=242
No hay comentarios:
Publicar un comentario