Esto viene a cuento de que hoy se menciona en la prensa navarra, por supuesto con gran regocijo, que se está eliminando una isla en el Ebro en Castejón. Esta isla lleva tiempo allí y ha crecido; está dentro de un tramo canalizado hace unos 25 años. La propia canalización ha favorecido el depósito. Pero, claro, la solución lógica de romper la canalización y dar mayor anchura y libertad al río no se contempla, lo que se contempla es el dragado de la isla, solución temporal que nos recuerda el mito de Sísifo.
Y esta triste suerte de la isla de Castejón será sufrida, en cuanto puedan esquivar las "trabas ambientales”, por otros depósitos de sedimentos del río (“sumideros de áridos” según el ¿lenguaje? oficial) en una sucesión de trabajo y dinero despilfarrado, un atentado en toda regla contra las leyes naturales del río, que erosiona y sedimenta donde tiene que hacerlo, aunque casi siempre condicionado por las chapuzas que se han acometido en el último medio siglo en orillas y riberas.